jueves, 9 de julio de 2015

El Salterio de Ranma 1/2: Introducción

Una y otra vez

Si algo destaca de Ranma 1/2 es que tiene una gran música, tanto en openings, endings y los trabajos de CoCo, DoCo, la "Juke Box" y, desde luego, los temas incidentales. Las letras de estos temas nos permiten profundizar en la intimidad de los personajes, imaginar otras escenas y mundos alternativos, así como recrear los momentos más profundos de amor, odio, tristeza y celos. 

Juan Calvino decía que el libro de los Salmos o Salterio era la "anatomía del alma", ahora le llamaríamos el genóma del alma. En la Biblia, los Salmos, como ha destacado Walter Brueggemann, tienen la función narrativa tanto de profundizar en la fe de Israel, como de imaginar universos paralelos o versiones alternativas de la realidad, así como criticar y poner en el banquillo de los acusados a YHWH (Dios, Jehová) y confrontarlo a los vaivenes de la vida y la contingencia de las emociones humanas. 



Sea Ranma 1/2 nuestra Biblia y su cohorte musical la salmodía que acompaña la dualidad del alma. ¿Por qué Ranma 1/2 es tan adictivo?. Ciertamente el manga utiliza un trazo simple, a veces, incluso, simplista, el desarrollo temático no es muy amplio, los capítulos son una miscelánea de aventuras y anécdotas sin una secuencia muy definida, y, como demostró la adaptación al anime, incluso, intercambiables. Hablando del anime, como comenté en una entrada previa, tuvo un no-final desesperante, dejándonos colgados de la brocha sobre el desenlace. 

En este sentido Ranma 1/2 es un universo autocontenido, una "estructrua disipativa" diría Ilya Prigonine, las secuencias, gags, embrollos, son una disipación de energía y de materia, que, pese a estar en aparente desorde, tiende, lejos del equilibrio, a una fuente de orden. Pase lo que pase, la historia no avanza, pero se mantiene: Akane y Ranma no se besan ni se confiesan mutuo amor, Akane no se entera de que P-Chan es Ryoga, Shampoo, Ukyo, Kodachi, et al, siguen persiguiendo a Ranma Kun (hombre), mientras Kuno no ceja esfuerzos de cortejar a Ranma Chan (mujer).  

Tal es a efectividad de Ranma 1/2 dejarnos vivir en una perenne tensión, en la irresolución argumentativa, el no responder a la pregunta fundamental: ¿Dejará Ranma de convertirse en mujer?, ¿se acabará su sufrimiento?, ¿realmente desea sanar de su "padecimiento"?. Y así, Ranma 1/2 nos va llevando de la mano a la teodicea, a la increpación directa a Dios por la maldad y el sufrimiento, y la respuesta, de Dios y de Ranma 1/2 es siempre la misma: Quizá en el próximo capítulo lo descubras. 

... y lo cierto es que nunca lo descubrimos. 

Ranma 1/2 es tan adictivo porque es una obra intrínsecamente inconclusa. No hay forma en que el amor de Ranma y Akane se pueda consumar, el universo disipativo de este manga y anime no permite que Ranma se libere nunca de su maldición. Pero la tendencia siempre es hacía allá, siempre queriendo que se resuelva lo no resoluble. 

Así es el libro de los Salmos, no nos resuelve las cuestiones. Comienza mandando bienaventuranzas a quien obedece la "Ley de YHWH" (Salmo 1) y termina exhortando a que se alabe a ese Dios (Salmo 150). La alabanza es un canto cósmico de creación como dejan en claro los Salmos de Entronación: El universo llega a su fin y vuelve a empezar con cada alabanza, cada canto es una actualización de la creación. En Ranma 1/2 cada embrollo sirve solo para desatar uno nuevo, sin miras a una conclusión. 

Pero en ese ciclo del alma y del cosmos, los Salmos abren la rendija a nuevos mundos, a historias alternativas. El Israel dominado canta la ilusión de la victoria, el pueblo desterrado, sueña con poner los pies en su tierra, las hazañas de sus héroes (Dios, Moisés, David) se repiten una y otra vez, desde otros ángulos y con nueva profundidad, pero sin avanzar ni cambiar nada de la historia que conocemos. ¡Igual que en Ranma 1/2! 

Así, la música de Ranma 1/2 cumple esa función salmódica de permitirnos imaginar y recrearnos en un eterno retorno, pero, tras el cual, algo nuevo se aprehende al alma, y se obtiene un nuevo encanto por los personajes conocidos y sus situaciones reiterativas, del mismo modo que los Salmos sirven para amar más a Dios cantando siempre lo mismo (espero, a todo esto, no tener que explicar que la "visión lineal del tiempo", la idea de "progreso", no es del Antiguo Testamento, sino algo que Agustín y Hegel Sama idearon). 

A partir de la próxima entrada viene una serie de entregas donde reuniré la música de Ranma 1/2 con algún breve comentario frikiteológico respecto a la dimensión del alma que toca cada tema.

Referencias 

- Berger, Peter,  "El dosel sagrado. Para una teoría sociológica de la religión", Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1969.
- Brueggemann, Walter, "El mensaje de los Salmos", Universidad Iberoamericana, México, 1998.
- Cervantes-Ortiz, Leopoldo (ed.), "Juan Calvino: su vida y obra a 500 años de su nacimiento", CLIE, Barcelona, 2009.
- Drakenland (Blog), "La locura transformista de Rumiko Takahashi", 28 de mayo de 2011.
- Prigonine, Illya, "El fin de las certidumbres", Andrés Bello, Santiago, 1997. 

1 comentario:

  1. Acabo de descubrir tu blog y me encuentro con uno de los escritos más bellos que se han hecho de Ranma 1/2, mi manga/anime favorito de la vida. Muchísimas gracias por hacer estos análisis a sus canciones, aquellas maravillas que un buen día fueron escuchadas por estos oídos gracias a la visualización de esta serie. Seguiré leyendo las demás entradas dedicadas a Ranma y desde ya agradecerte por tanto cariño profesado a él, el anime que un buen día me robó el corazón y se lo quedó para siempre.

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