sábado, 14 de marzo de 2015

Amor en cápsula

Bulma y la desmitologización bultmanniana del amor

Capítulo 1 


"Tendré que esperar un año más 
para encontrar un buen novio".
(Bulma)


Una chica que busca encontrar el verdadero amor al pedir un novio a un gran dragón que aparece tras recolectar siete esferas con las que es invocado, muchos corazones, gatitos blancos y música melosa.  

Esta pudo haber sido la trama de Dragon Ball convirtiéndolo más un anime shojo (target femenino) y no shonen (target masculino). Con todo esta diferencia es artificial pues en cualquier tipo de serie hay un extenso público de ambos géneros. 

Dragon Ball desvía pronto la atención de la búsqueda de Bulma por el amor y se centra en el crecimiento biográfico y guerrero de Son Goku, quien en esta primer serie no aparece como un extraterrestre, lo cual se revela o de plano inventa en Dragon Ball Z. La gran paradoja de Dragon Ball es que Goku termina casado y Bulma, quien buscaba el amor, aún permanece soltera.

¡Ay! tu humor, Akira Sama. 

La reflexión teológica ha abundado poco respecto al romance y se ha centrado en el amor de Dios y hacia Dios. Poco han dicho los teólogos respecto al enamoramiento, pese a que muchas de sus biografías estuvieron marcadas por pasiones amorosas. Karl Barth estaba casado con Nelly Hoffmann pero tuvo una relación muy cercana - y para muchos sospechosa - con su discípula Charlotte von Kirschbaum. La esposa de Paul Tillich fue Hannah Tillich, quien tras morir su marido, se le ocurrió escribir un libro donde revelaba las canitas al aire (affaires) de su esposo y cómo, aun así, vivieron un tórrido romance. Entre los teólogos destacan, sin embargo Dietrich Bonhoeffer y María von Wedemeyer, quienes se enamoraron poco antes de que el régimen Nazi lo metiera a la cárcel y vivieron un amor de correspondencia hasta que lo mataron (snif!).


María Wedemeyer leyendo una de las cartas enviadas
 por Bonhoeffer desde la cárcel. Foto de La Segunda Guerra. 

Claro que Barth le dedica un apartado al matrimonio en su "Dogmática Eclesiástica" y le da un enfoque amoroso, distanciándose un tanto del abordaje teológico del matrimonio como relación "ante Dios". Pero, bueno, ¿hay algo de lo que no se hable en la "Dogmática" de Barth?

Han sido los desarrollos de las teologías feministas quienes han abordado el tema de un modo más directo. Destacan algunos textos. “Amor maltratado” de la teóloga womanista (es decir feminista, teóloga y afroamericana) Renita Weems, quien muestra los contornos del romance en los profetas hebreos y las estrategias andocéntricas de manipulación, chantaje y violencia; los ensayos de Phyllis Trible en particular el dedicado a la concubina del levita de Jueces 19; y la teología indecente de Marcela Althauss-Reid que explora en las dimensiones plurales y diversas del amor. Estas teólogas han visto en el romance mundano, pasional y erótico un tema legítimo de reflexión.

Si el amor ha sido poco abordado en la escena teológica, el manga y el anime lo ha sido aún menos. Esta prolífica industria japonesa, con fuertes vínculos comerciales y de producción con Estados Unidos, ofrece una amplia serie de aspectos teológicos en los que no se ha reflexionado lo suficiente. Escritores cristianos de pluma ideológica conservadora han sido quienes se interesaron por el manga y el anime, pero ¡para declararlos enemigos directos de la espiritualidad de las juventudes!, ¡háganme el teológico favor!

Pese a ello, ya existen en español varias “Biblias en manga” (en algunos casos el término magna es inexacto pues algunas de estas biblias están coloreadas y el estilo manga es en blanco y negro), donde se aprovechan los recursos visuales y de composición del anime para ilustrar las historias bíblicas con mayor realismo. También hay biblias en formato comic estadunidense. Es raro, nunca las he visto en una convención de la TNT, ni de la Mole. 
Izquierda: Primer Volumen de la serie "Biblia en Manga" ilustrada por Kozumi Shinozawa , distribuida en Estados Unidos por Tyndale House (2006). Derecha: Biblia en manga ilustrada por Ajinbayo Akinsiju (Siku) (2009).

Teologizar el anime no debiera ser un asunto extravagante ni poco serio. En la esfera de los análisis culturales, literarios, de comunicación y cinematográficos, el anime ha sido un tema recurrente y abordado con la especialización necesaria. El más reciente trabajo publicado en español es “El mundo invisible de Hayao Miyazaki” de Laura Montero Plata. En él se abordan los conceptos básicos que orientan la obra de este cineasta de anime, así como las temáticas recurrentes y la construcción de personajes sin olvidar los datos duros de la industria y el mercado. 
Montero Plata, Laura, "El mundo invisible de Hayao Miyazaki", T. Dolmen Editorial, 5a. Edición, Mallorca, 2014 


Deseo, en las primeras entradas de este blog, explorar los derroteros teológicos del romance en un personaje de anime: Bulma, la eterna enamorada de Dragon Ball, la esposa indomable de Dragón Ball Z y la estratega del amor en Dragon Ball GT. Cada una de estas facetas se relacionan con un personaje Bíblico: La sulamita de Cantares, Abigail y María Magdalena respectivamente. Y cada una de estas fases biográficas de Bulma  nos van convenciendo, cada vez más, que el amor es un mito y que lo valioso no es solo soñar, sino actuar y decidirse. 

La gran lección que Bulma tiene que darnos respecto al amor es su desmitologización en un pleno sentido bultmanniano: Una decisión del instante que transforma el ideal en acción existencial e histórica. 

¿Qué rayos significa eso?, ¿quién demonios es Bultmann? y ¿por qué vale la pena seguir enamorado? es de lo que deseo hablar. Pero para explicar estos enigmas primero hay que hacer flash-back de algunos acontecimientos importantes que ocurrieron en un lejano lugar.

Bulma como el paradigma de la mujer enamorada.

Goku aprendía a realizar el Kamehameha, peleaba en el Tenkaichi Budokai (Torneo de Artes Marciales) y arriesgaba su vida ingresando al cuartel de la Patrulla Roja, lloraba la muerte (primera de muchas resurrecciones) de su amigo Krillin y aprendía con Mr. Popo el secreto de la mente en blanco para derrotar a Picollo Daimaku. En todas y cada una de estas fases la serie siempre tuvo el mismo ending musical: ロマンティックあげるよ (Romatikku Ageru Yo), que en la versión en español latino fue adaptado como "Romance te puedo dar". 

Bulma con unos audífonos, mira hacia afuera de lo que parece ser una casa de Capsule Corp. utilizada como tienda de campaña nocturna en medio de alguno de tantos viajes y aventuras. Admiramos su reflejo en una ventana, su largo y lacio cabello azul, ojos enormes y mirada adolescente. La letra de la canción tiene un mensaje contundente: el amor es juventud. 

"Si pretendes ser un adulto, 
no podrás resolver un simple rompecabezas, 
trata de vivir más salvaje e intensamente. 

Romance te daré, 
romance te daré
muéstranos tu valentía..." 

(Tomado de Wikia


Versión en japonés 



El amor es vinculado a una eterna pasión febril, es el amor romántico, de fantasía, atemporal y siempre joven. Solo eludiendo el mundo adulto de los dogmas y las normas, de los itinerarios fijos y de responsabilidad adulta uno puede enamorarse. El amor es un viaje, no una llegada. Así inició el camino de Goku a la deificación, con una joven enamorada. 

Bulma (que en japonés suena "burma", pantaletas, pequeño short que utilizan las colegialas) aparece desde el primer capítulo tanto del manga como del anime. Es hija del Dr. Briefs, dueño de la empresa transnacional Capusule Corp. El nombre de la madre de Bulma queda siempre oculto. Capsule Corp. es la fabricante de las Capsulas Hoi Poi, dispositivos portátiles que desafían las leyes de la materia y transportan vehículos y casas en unos contendedores de apenas unos centímetros, que tras un clic se despliegan en toda su materialidad. 

¡Así funcionan! 



Bulma tiene todo tipo de cosas en sus Cápsulas, pero no ha logrado encontrar el amor. Con la lógica de la racionalidad de eficiencia, decide buscarlo también de modo portátil mediante siete Esferas del Dragón, las cuales al reunirse le permiten, a quien haya realizado la proeza de juntarlas, solicitar al dragón Shenron un deseo.

Bulma reúne elementos arquetípicos de una heroína del anime: atrevida, independiente, sin temor a situaciones peligrosas, sensual a la vez que inocente, enamorada y con una carácter explosivo pero solidaria con los amigos y dispuesta a arriesgar su vida por ellos.

Conforme la serie avanza comienzan a aparecer muchas cláusulas de exclusión respecto al poder de las Esferas del Dragón, entre ellas, la imposibilidad de lograr que alguien se enamore de otra persona, lo que vuelve la empresa de Bulma en un sinsentido, una empresa destinada a fracasar. Es un amor trágico desde el principio. Aunque esto se sabe hasta mucho después.



El primer amor de Bulma fue "el malvado y poderoso Yamcha", un foragido que asaltaba a viajeros en el desierto (Episodio 5, DB). Pero como el amor se trata de complicarse la vida, Yamcha padece calginefobia o miedo irracional a las mujeres hermosas, por lo que los primeros acercamientos entre los enamorados fueron desafortunados.

Dragón Ball, la primer serie, nos muestra un mundo de pasión y seres pasionales. Goku apasionado por ser cada vez más fuerte, su mentor, el Maestro Roshi, apasionado por fisgonear a muchachas y verle sus partes íntimas, el General Red, comandante de la Red Ribbon apasionado por el dinero y por el poder. Desde luego, Bulma apasionada del amor. Seres que se empeñan en conseguir un objetivo y viven por él, tal es la antropología de Dragón Ball (si vale el término en un universo donde hay otros animales que también hablan, donde tienen sentimientos; ¡momento,! esto último también vale para nuestro universo).

Algo notable en Dragón Ball, Dragón Ball Z y Dragón Ball GT es el crecimiento biográfico de sus protagonistas. A diferencia de la mayoría de las series animadas de Estados Unidos donde los personajes son atemporales y no cambian de edad, destacando, desde luego, el caso de Los Simpson, Dragón Ball es una historia que crece con nosotros (¡muchos pasamos de la infancia a la adolescencia y juventud y por poco nos hacíamos viejos viendo la Saga de Freezer!). De este modo somos testigos del crecimiento de Bulma, tanto físico como emocional, la vemos con distintos peinados, con o sin ropa (¡arigato!) y luciendo las más variadas tendencias de moda. Incluyendo ese horrible peinado que se hace tras regresar de Namek.

Durante la primer serie, se observa el avance de la relación entre Bulma y Yamcha, que pasa por las fases del enamoramiento pasional marcado por aventuras que pusieron sus vidas en riesgo, un tiempo donde Yamcha vive en la casa de Bulma y consolidan una relación de noviazgo profunda. En estos momentos de estabilidad y madurez emocional la serie deja muy de lado el tema del amor y se centra en la confrontación con el demonio Piccolo Daimaku padre. Dragon Ball se vuelve altamente teológico en su recta final. La contrapartida espiritual del demonio Piccolo es el Dios de la tierra, Kami Sama, quien en su corporalidad es exactamente igual a Piccolo, ambos forman un dualismo perfecto.

Pero sería muy fácil teologar sobre Kami Sama y Piccolo Daimaku, pensar en las mitologías y filosofías religiosas de oriente, en el zoroastrismo y hasta en el dualismo griego. Eso en algún momento debe hacerse, pero por el momento centrémonos en Bulma.

Enamorarse del amor

En el primer encuentro de Bulma y Yamcha ella se encuentra dormida  bajo la sombra de unos árboles desérticos que parecen piedras, mientras Goku pelea con él. Justo antes de que Yamcha diera su contra-ataque final, Bulma abre los ojos y en el despertar inocente de una joven viajera aparece ante sus ojos un "guerrero", viril, gallardo, "guapo". El huye presa de pánico por su belleza.

No es la primera vez que los árboles, rígidos, frondosos, aparecen en contexto de masculinidad admirable. En el Cantar de los Cantares hay una mujer enamorada, ella es de la región de Sulam, en Arabia. Esta sulamita es joven y apasionada, quien despertando del sueño contempla a su amor y exclama:

"Cual manzano entre los árboles del bosque
es mi amado entre los hombres.
Me encanta sentarme a su sombra;
dulce a mi paladar es su fruto." 
(Cantares 2:3)

En medio del desierto, Yamcha es un árbol de frutos y que da sombra al corazón enamorado de Bulma. Por su parte, Yamcha, "el guerrero" ha sido derrotado por la frágil belleza de aquella mujer. Así, él también padece profundamente el amor trágico que confiesa en la intimidad a Puar, un gato azul mágico que se presenta como su sirviente, pero es en realidad su mejor amigo:

"¡Un guerrero vencido por una niña!". 

En el manga Volumen 1, Capítulo 8 - que corresponde al episodio 5 del anime - al final se puede observar al mismo Yamcha derrotado, pero su fracaso se hace más grande cuando Puar realiza una hermenéutica de su amo diciéndole: "¡Eres débil contra las mujeres, Yamcha"




Precisamente la derrota del más fuerte por la más débil es la esencia del amor. En Cantares, el gallardo amado, capaz de conquistar ciudades en un contexto histórico donde llevar cautiva a una población era la prueba de la victoria, es derrotado y llevado cautivo por su amada. El guerrero vencido por una niña.

"Cautivaste mi corazón,
hermana y novia mía,
con una mirada de tus ojos;
con una vuelta de tu collar
cautivaste mi corazón."
(Cantares 4:9)

Pero el encuentro con Yamcha, amor a primera vista, sensual y profundo, no fue suficiente para hacer desistir a Bulma de reunir las esferas para encontrar el verdadero amor. La encarnación cercana y tangible del romance, Yamcha, no es lo que ella busca, Bulma anhela encontrar el "amor-pasión" del que habla Denis de Rougemont, un amor mítico que no se concreta en la experiencia de los cuerpos, sino en la idealización inalcanzable. El amor romántico no tiene cuerpo ni cercanía, siempre es frustración, fracaso, separación. Rougemont considera que el amor-pasión adora "a la mujer como símbolo", es decir no a una persona, sino a una entidad inasible, un espíritu sin forma, ubicación, ni historia. Por eso el amor es imposible de definir, como se expresa en el mito de "Tristán e Isolda":

"Renunciad, yo os lo digo, en nombre del amor y en mi nombre, renunciad, pérfidos delatores... a preguntar quién es ella y cuál es su país, si está lejos o cerca, porque siempre lo esconderé". ("Amor y Occidente", pág 91)

Es este el amor como secreto, un amor que desafía las leyes de la física no estando en ninguna parte y en todas. El amor es como una Cápsula Hoi Poi, algo portatil, se lleva comprimido en el corazón en toda su inmensidad, una inmensidad tan grande que una persona de carne y hueso aún es muy pequeña para él.  De este modo Rougemont equipara esta adoración del amor como símbolo a una búsqueda de divinidad y de divinización, la amada, el amado suplen el lugar de Dios.

La técnica secreta de Bultmann

Este estar enamorado del amor donde se ama por amar, sin fronteras, sin límites lo ve Rodlfo Bultmann en el mandato de Jesucristo de amar a los enemigos. Aunque, como veremos, él mismo rechazaría esta proposición. 

Para quienes no lo conocen, Rodolfo Bultmann es algo así como el Voldemort de los teólogos, un nombre que no debe ser pronunciado, el “tú ya sabes quién” que ataca al mundo teológico con su horda de mortífagos desmitologizadores. Y es que Bultmann decía que los relatos del Nuevo Testamento ¡son mitos!

Tu cara cuando te enteras que para Bultmann 
la Resurrección de Cristo es un mito 

¡Pero esperen!, en realidad era un hombre muy conservador, muy moderno. Bultmann creía inocentemente que en un mundo donde prendemos la luz y escuchamos la radio (¿qué hubiera pensado de un mundo donde hay Capsulas Hoi Poi?) nos es imposible seguir creyendo en historias de espíritus, fantasmas y resurrecciones. Y eso ofende a Kami Sama.

La técnica interpretativa de Bultmann sobre los relatos del Nuevo Testamento es su poderosa “DESSS-MI-TO-LO-GI-ZA-CIOOOON!!!. La desmitologización es la técnica secreta de Bultmann que él mismo creó a partir de lo que aprendió con su Sensei Martin Heiddeger. Es un método existencial, una forma de interpretar el Nuevo Testamento no desde la cultura e historia del tiempo donde se escribió, sino a partir de nuestra propia situación y existencia. No es decir “¡fuchi, la Biblia tiene muchos mitos, ¡quémenla!”, no. Se trata de utilizar la Escritura para que nos confronte con situaciones donde debamos tomar decisiones.

La desmitologización tiene una fase de desencanto cuando te das cuenta que el Cristo de la fe no es igual al Jesús histórico, que el Cristo de la fe es una idealización romántica del deseo de un salvador. Pero la desmitologización tiene una segunda fase, su momento más poderoso y es cuando tienes que pararte firmemente en el campo de batalla, que es la vida, y tomar, en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, la decisión de qué hacer con tu existencia. La desmitologización concentra todo tu ki, tu fuerza interna, en el momento límite de tomar una decisión que cambiara tu vida al entender que esa decisión la tienes que tomar por ti mismo.

 Amar es vivir un Apocalipsis.

Como teólogo cristiano que era, Bultmann creía que el amor a Dios, el “amor evangélico”, de algún modo es superior y más excelso que el amor romántico y carnal. Porque es un amor sin fronteras, un amor sin límites y con plena libertad en Jesucristo que incluye, incluso, el amor hacia los enemigos.  

Goku ama a sus enemigos, porque ¡se vuelve más fuerte cuando les parte la cara! 

Lo que Bultmann no alcanza a ver es que ese amor de Cristo es igual de idealista y sin concreción, es generalizante, es amar por amar, es estar enamorado del amor, un amor encapsulado que cuando aparece en la vida real siempre es mágico, pero demasiado pequeño. Así lo describe.

"Las exigencias del amor superan cualquier exigencia legal; no conocen fronteras ni limitaciones; tienen valor, incluso, frente a los enemigos (Mt 5, 43-48). La pregunta «¿cuántas veces debo perdonar a mi hermano cuando peca contra mí? ¿siete veces?» contiene la respuesta: «yo te digo: no siete veces, sino setenta veces siete» (Mt 18, 21s par).  La exigencia del amor no necesita formulación alguna; el ejemplo del samaritano misericordioso muestra que el hombre puede y debe saber lo que tiene que hacer cuando el prójimo necesita de su ayuda. En el «como a ti mismo» se contiene la ilimitación así como el sentido y dirección de la actuación del amor." ("Teología del Nuevo Testamento": 56-57)

Es más, Bultmann aparece como un enamorado del amor cuando reconoce abiertamente que este amor evangélico no tiene concreción, ni realidad histórica, al contrario, es una ética del fin del mundo o "escatológica" (palabra que significa "últimas cosas"). El horizonte escatológico supera cualquier ética histórica y norma legal.

"La renuncia a cualquier concretización del mandamiento del amor por medio de normas individualizadas muestra que la predicación que Jesús hace de la voluntad de Dios no se asemeja a ninguna ética de las conocidas en este mundo. Más bien debemos definirla como ética escatológica en cuanto que mira a un futuro no intramundano que deba ser reglamentado según planes o diseños para una ordenación de la vida humana, sino que adoctrina al hombre únicamente en el ahora del encuentro con el prójimo." (Idem: 57).

Cualquiera que se haya enamorado sabe muy bien que con la amada y el amado se acaba el mundo, no hay nada más después de él ni ella, no hay límites, historia ni tiempo, ¡cuando nos enamoramos vivimos nuestro propio Apocalipsis, nuestro personal fin del mundo!, es un eterno “ahora”.

Bultmann podría respondernos con bastonazos diciéndonos que el amor del que habla no cae en esa inmanencia y particularización de una persona. Pero es que como Bulma lo demuestra, uno no se enamora de una persona concreta, esos ojos, labios, pechos y piernas frente a mí son solo el pretexto para activar el romance, el amor siempre es trascendental, siempre se busca "algo más". Por eso Bulma, aun cuando ya se ha enamorado del Yamcha material, sigue buscando el amor mágico que puede encontrar en las inalcanzables Esferas del Dragón. Incluso instrumentaliza a Yamcha, y uiliza sus poderes de coqueteo para que le haga favores, la lleve a lugares y la protega. Así, se aprovecha del amor cercano buscando el amor lejano.


"Yamcha, mi amor, tengo miedo". 
Bulma coqueteando con Yamcha para que no se enoje con Goku 
y puedan seguir buscando las Esferas del Dragón 

A Bulma le da lo mismo arrojar una Capsula y obtener un automóvil, casa o motocicleta para salir de un apuro que convencer a Yamcha para que la lleve en su automóvil o la defienda. El amor idealizado tiene mucho de aprovechado.

Yamcha vive espantado por Bulma, su belleza y su sexo. La primera vez que logra vencer su miedo y tocar conscientemente a Bulma es también la primera vez que Goku aparece en la serie transformado en Ozaru, un ser monstruoso de forma simiesca en el que se convierte al ver la luna llena. Es durante una transformación en Ozaru que Goku mató a su abuelo adoptivo Son Gohan. Y cuando Goku se transofrma ante sus amigos ellos deben huir. Bulma, Yamcha, Puar y Oolong (un pícaro cerdo) huyen de Goku-Ozaru, pero Bulma tropieza y Yamcha debe tomar todo el valor posible para sostenerla y cargarla ante la inminencia de la muerte.

Amor y muerte, Eros y Thanatos, el romance limita nuestras capacidades racionales en la dialéctica de estas notas discordantes, y entonces son posibles las proezas, los actos heróicos, las acciones más románticas, pues como dicen los amados en Cantares: "Fuerte como la muerte es el amor" (Cnt 8:6). En ese advenimiento del fin del mundo, Yamcha aplica una ética escatológica y entiende que su compromiso ético de salvar a Bulma es más grande que su miedo hacia las mujeres.


Yamcha carga a Bulma y la toca conscientemente 
por primera vez huyendo de Goku transformado en Ozaru.

Esta es también la primera vez que se reúnen las siete Esferas del Dragón y aparece Shenron. El primer deseo es desperdiciado pues para evitar que Pilaf, un malvado y feo extraterrestre, pudiera conquistar el mundo. Shenron es invocado, solicita que le pidan un deseo, Pilaf está por pedir su triunfo político, pero Oolong se le  adelanta y pide algo que el dragón entiende como pantaletas. Tanto lidiar encontrando las Esferas y casi morir en el intento, ¡para pedir unas pantaletas!

Pero recordemos que la palabra "Bulma" suena a pantaletas. El primer deseo pedido a las Esferas del Dragón es Bulma. Ella es la encarnación del deseo. Oolong deseaba apasionadamente a Bulma, es a quien pide, pero Shenron escucha mal y desconoce el profundo anhelo del cerdito, así que en lugar de darle a Bulma (burma) le da unas pantaletas. Así es siempre lo que uno obtiene del amor, solo una parte, no un quien, sino un algo.

Este posicionamiento metafórico de la intimidad de Bulma da pie a una resolución temporal de las contradicciones del romance. Bulma desea un novio y Yamcha perder el miedo a las mujeres y casarse. Los ojos de ambos se miran y lo entienden todo. El amor llega entonces como un descubrimiento, los amantes celebran bailando y tomados de las manos.

Como señaló Michel Foucault, el amor está vinculado a la gnosis, a la “voluntad de saber”, acceder a nuevos y ocultos conocimientos. Bulma y Yamcha llegan a un nuevo nivel de conocimiento y con eso terminan un primer gran momento en la serie. Un primer Apocalipsis.

Hasta este momento, y antes de irnos a comerciales, hemos visto a Bultmann enamorado del amor, un amor siempre joven y de fantasía, igual que el amor de Bulma. Se nos ha intentado convencer que el amor a Dios y el amor emanado de Dios es, del algún modo, superior a otro tipo de amor. Lo teólogos le llaman “agape” para diferenciarlo del “eros” o amor carnal. Pero hemos podido ver que en el fondo son lo mismo: Idealistas, generalizantes, un cuerpo, una situación, una historia nunca son lo suficientemente grandes para abarcarlo.

Quizá quienes creen que el amor agape es más profundo y real que el amor eros, nunca se han enamorado.

Unos rezan, ayunan, oran y son piadosos tratando de encontrar el verdadero amor que lo piensan divino, otros coquetean, besan, abrazan apasionadamente en su búsqueda. Bulma decidió pedírselo como deseo a las Esferas del Dragón, porque para unos y para otros, el amor siempre es inalcanzable. Si para Jaime Sabines la “luna se puede comer a cucharadas”, para Bulma el amor se puede transportar en Cápsulas, está en espera de ser liberado, de expandirse y salir a este mundo, aunque una vez fuera de la Cápsula lo que aparezca será útil pero siempre, siempre, demasiado pequeño.

Estar enamorados es como dice Bultmann, un asunto escatológico, una especie de Apocalipsis. La palabra apocalipsis significa “descubrir” transmite la idea de un velo que es quitado. Bulma y Yamcha pierden el velo que les evitaba reconocerse mutuamente y descubrir que estaban enamorados y que ese amor resolvería sus problemas. Vamos, que sea un descubrimiento, no significa que tenga que ser cierto.

Estar enamorados es acabar con este mundo de ilusiones y llegar a la más grande ilusión, es terminar con la realidad tal como la conocemos y descubrir un algo en un alguien, sea una chica hermosa, el prójimo, los enemigos o… bueno, incluso sea Yamcha.

¡Hola, soy Raúl!

¡No puede ser!, ¡mataron a Krillin!, ¡hijos de…! acompáñame en el siguiente capítulo para descubrir cómo Bulma vive un apasionado romance con Yamcha pero tras una visita a otro planeta comienza a fijar sus ojos en Vegeta. ¿Podrá Yamcha recuperar a Bulma?, ¿el amor es real o solo un mito más que nos decepciona?. No se pierdan el próximo episodio de Frikiteología




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